Cornelio Saavedra: Líder de la Primera Junta y protagonista de la Revolución de Mayo




Cornelio Saavedra: Líder de la Primera Junta y protagonista de la Revolución de Mayo

Cornelio Saavedra (1759-1829) es, sin lugar a dudas, una de las figuras más emblemáticas de la historia de Argentina. Como presidente de la Primera Junta de Gobierno en 1810, tuvo en sus manos el destino de las Provincias Unidas en los críticos inicios de la Revolución de Mayo. Aun así, a lo largo de los años, tanto en la opinión pública como en la historiografía, su nombre vivió bajo luces y sombras, objeto de críticas, enfrentamientos internos y injustos olvidos. Por eso vale la pena dejar atrás los mitos para redescubrir al hombre de acción que vivió en carne propia el paso de la colonia a la independencia.

Primeros años y formación

Saavedra nació en la Hacienda La Fombera, en el Alto Perú (actual Bolivia), en 1759. Proviene de una familia criolla de raíces españolas pero muy involucrada en el destino de aquel territorio. A temprana edad se trasladó junto con su familia a Buenos Aires, en el Virreinato del Río de la Plata. Aquí comenzó una formación más urbana, involucrándose tanto en el manejo de los bienes de la familia como en el paisaje político de la época.

Saavedra vivió en Buenos Aires bajo el dominio colonial pero siempre demostró una marcada capacidad de mando y de toma de decisiones, así como una profunda identificación con el destino de los criollos en el territorio. Esto lo llevaría más tarde a tener una participación relevante en los hechos de 1806 y 1807, cuando tropas de Gran Bretaña intentaron invadir el Río de la Plata.

De la defensa de Buenos Aires a la Revolución de Mayo

Durante las invasiones inglesas, Saavedra organizó el Regimiento de Patricios, una milicia compuesta en su mayoría por criollos. Como comandante de aquel regimiento, Saavedra alcanzó notoriedad tanto en el campo de batalla como en el orden institucional, demostrando así que el poder de los nacidos en América era más que suficiente para dejar atrás el dominio de la metrópoli.

Este auge en el liderazgo de Saavedra comenzó a manifestarse en el Cabildo de Buenos Aires en 1810. Como cabeza de los Patricios y en representación de muchos sectores de la sociedad, apoyó el pedido de un Cabildo abierto el 22 de mayo de ese año, que daría lugar a la formación de la Primera Junta. Finalmente, el 25 de mayo de 1810, Cornelio Saavedra fue elegido presidente de aquel nuevo gobierno, el primero autónomo en el territorio.

Saavedra y el triunfo de la opinión moderada

Saavedra representaba al sector más moderado de la Revolución, aquel que planteaba realizar transformaciones pero sin dejar atrás el orden institucional vigente. Esto lo enfrentó tanto a grupos más radicales, como el liderado por Mariano Moreno, que exigía una ruptura más profunda y más rápida con el orden colonial.

Este enfrentamiento ideológico marcaría toda la gestión de la Primera Junta. Finalmente, el debilitado Moreno fue removido de sus cargos, en parte gracias a la influencia de Saavedra, que así fortaleció a los sectores más conservadores en el nuevo gobierno. Esto provocó más de una división en el bando patriota, pero también ayudó a dar estabilidad en aquel difícil período de transición.

Declive y exilio

Sin embargo, el triunfo de Saavedra frente a Moreno no fue permanente. A finales de 1811 comenzó a perder apoyo, en parte por el debilitado manejo de los problemas internos y el debilitado frente externo en el Alto Perú. Finalmente, el 8 de diciembre de 1811, el Primer Triunvirato disolvió la Junta y removió así a Saavedra del poder. Posteriormente, vivió años de exilio en San Juan y Mendoza, bajo cargos de traición que más tarde quedarían sin pruebas en su contra.

Saavedra regresó a Buenos Aires en 1818 pero sin volver a tener protagonismo político. Pasó sus últimos años en el campo, junto a su familia, hasta fallecer en 1829 en Buenos Aires, a la edad de 69 años.

Legado histórico

Cornelio Saavedra fue el primero en presidir el nuevo gobierno autónomo en territorio rioplatense. Aun así, su nombre vivió bajo críticas tanto de sectores más radicales como de grupos más conservadores. Esto tiene que ver, en parte, con el estilo de Saavedra: más gradualista, más moderado y más dispuesto a encontrar soluciones de compromiso. Por eso el juicio de la posteridad a veces lo deja en una luz tenue en comparación con otros protagonistas de aquel período.

Sin embargo, el rol de Saavedra en aquel mayo de 1810 fue indispensable. Sin el apoyo de las milicias que organizó y sin el debilitado pero necesario orden institucional que ayudó a implementar, el triunfo de la Revolución de Mayo podría haber peligrado en aquel difícil contexto de crisis. Por eso, más que dejar que el paso de los años lo oculte bajo críticas injustas, vale la pena recordar a Cornelio Saavedra como una pieza clave en el inicio de la independencia de Argentina.


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